El fracaso del establecimiento investigativo de educación de los Estados Unidos de identificar prácticas efectivas: Use precaución con las póliticas de prácticas efectivas
DOI:
https://doi.org/10.14507/epaa.25.2517Palabras clave:
Igualdad de oportunidades educativas, educación urbana, educación compensatoria, alfabetismo, evaluación, reforma escolar, toma de decisiones basadas en evidenciaResumen
Uno de los más grandes éxitos de los métodos cuantitativos avanzados han sido su aparente capacidad de proveer determinaciones imparciales de cuáles son las prácticas educativas eficaces para la educación y para mejorar el rendimiento académico y las oportunidades de los estudiantes más necesitados. Tal como se aplica en las revistas de investigación de la educación más destacadas, el poder ha resultado en la implementación federal y estatal de póliticas de prácticas efectivas. En tales políticas, el gobierno o su representante determinan qué programas son efectivos y después requieren que las escuelas gasten sus fondos exclusivamente en programas científicamente comprobados. Por ejemplo, una iniciativa federal requiere que aquellos que solicitan subvención del gobierno hayan tenido su intervención validada como efectiva por el What Works Clearinghouse (WWW). Al momento algunos están proponiendo que todos los fondos federales se restrinjan a los programas que la investigación ha demostrado ser efectivos. Mientras parece ser una pólitica racional, entre 1998 y 2002 produje una serie de artículos que demuestran que el programa más validado para desarrollar las habilidades de lectura de los estudiantes nacidos en pobreza no era realmente efectivo en práctica. ¿Sera que esta dicotomía que dice que las investigaciones publicadas y científicamente comprobadas que han demostrado ser efectivas son el estándar de oro en el mundo real, es una anomalía única o será una manifestación más perversiva? Este artículo (a) analiza en un lenguaje fácil de entender la validez de la metodología científica estandarizada y utilizada por las revistas principales de investigación y el WWC para determinar si las prácticas son efectivas, y (b) examina el historial de póliticas de prácticas efectivas y su eficacia real y actual. Concluyo que los métodos cuales son cada vez más sofisticados utilizados para evaluar la eficacia de las prácticas (a) son defectuosos y exageran la efectividad real, y (b) no proporcionan el tipo de información que necesitan los profesionales. Como resultado, la investigación sobre prácticas engaña en lugar de informar a la práctica y son una de las razones principales por las que los esfuerzos para reformar las escuelas de alta pobreza han tenido un éxito limitado. Por lo tanto, concluyo que las póliticas de prácticas efectivas no deben ser implementadas y sugiero ideas para reformar el proceso científico utilizado para evaluar la eficacia de las intervenciones educativas.